Lejos queda ya aquel año 1998 en el que Kazunori Yamauchi (Director de Polyphony Digital y padre de la franquicia) presentaba al mundo el primer Gran Turismo en exclusiva para PlayStation. Quince años después volvemos a encontrarnos en la misma situación pero ahora todo ha cambiado. La simulación está plenamente depurada, los gráficos son más realistas y las posibilidades y licencias han aumentado exponencialmente para ofrecernos todas las sensaciones posibles sobre las cuatro ruedas. Sin embargo, pese al inexorable paso del tiempo, hay algo que permanece intacto después de quince años: la pasión por los coches. En Polyphony Digital existe una pasión desmedida que nos intentan transmitir con el único objetivo de hacernos sentir pilotos reales con un volante entre las manos. Iniciativas como GT Academy han demostrado que las diferencias entre lo real y lo virtual se reducen al mínimo cuando conducimos en Gran Turismo.
Siéntete un verdadero piloto
Antes de comenzar a analizar todos los detalles y cambios presentes en la simulación de Gran Turismo 6, es importante recordar que para garantizar la experiencia más completa y detallada se ha utilizado un volante oficial. Otro aspecto importante para poder analizar el juego como se merece es desactivar todas las ayudas a la conducción que Polyphony Digital implementa de forma eficiente para que el juego sea accesible a todo tipo de usuarios. Con estos dos puntos claros y teniendo en consideración que estamos ante un simulador automovilístico, es hora de descubrir las novedades jugables de GT 6.
Especialmente importante a la hora de conducir es la forma en la que entramos y salimos de las curvas. En Gran Turismo 6 vamos a necesitar de un tacto muy preciso del freno para no acabar haciendo un recto contra el muro, de la misma forma, al salir de los virajes tendremos que conocer perfectamente las características de nuestro coche para saber cuándo y cuánto tenemos que acelerar para salir lo más rápido posible sin hacer un trompo. Todo este aprendizaje se volverá mucho más complejo cuando entren en acción variantes tan determinantes como el tipo de neumático, su desgaste o las condiciones meteorológicas. Cada uno de estos factores modificará completamente nuestra experiencia de juego y tendremos que ser muy hábiles para adaptarnos rápidamente a los cambios.
Una de las grandes deficiencias de Gran Turismo 5 era su escasa sensación de velocidad. Aunque en la anterior entrega los coches más potentes sí presentaban una buena recreación visual de la velocidad, los vehículos más sencillos no terminaban de transmitir todas las sensaciones necesarias. Haciendo uso de la cámara a ras del suelo o desde la cabina del piloto, el juego consigue transmitir una sensación de velocidad mucho más realista en todo tipo de vehículos. Esta mejora no es beneficiosa simplemente por poder disfrutar más de la experiencia de juego, sino que también es determinante porque vamos a poder valorar con mayor verosimilitud los puntos de frenada y aceleración incluso en los coches menos potentes.
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